Terminó la participación de América de Cali en la Liga Águila 2017, llegando a semifinales y siendo dejados en el camino por su rival de patio. Nunca será bueno perder, a nadie le gusta y más cuando es con tu vecino, pero las casualidades del fútbol destinaron un clásico vallecaucano en estas instancias.
Una semifinal con mucha estrategia y acogida a la ahora palabra de moda, ‘táctica’, la cual producto de la misma hicieron ver un primer duelo sin muchas emociones y dejando una serie abierta para resolverse en el estadio de Palmaseca; contra todo pronóstico para los Diablos teniendo en cuenta la localía y la asistencia de su público para el elenco Azucarero que contó con mejor suerte en cuanto a las sanciones en su estadio, ambos equipos salieron a buscar el tiquete para ser invitado especial a la finalísima del primer semestre, aquí no se puede empatar resuena aquella canción.
Cali y América jugando a no cometer errores y se aproximaron durante primer tiempo tenuemente a los arcos contrarios, sin embargo el marcador siguió sin abrirse los primeros 45 minutos que entre uno de los hechos más preocupantes para los americanos fue la lesión de Martínez Borja en un choque fuerte con Germán Mera (especialista en el tema) que lo sacó del partido.
Sin embargo y en una opinión personal de un servidor, ante la ausencia de Borja el partido se abrió más, dejando más opciones en el arco custodiado por Mina que desperdiciaron los delanteros Escarlatas dado a sus limitaciones para definir. Para la parte complementaria se abre el marcador para la tristeza de los hinchas americanos que lo veían desde sus televisores y algunos camuflados en las graderías del Palmaseca, y entre un par de situaciones de errores y descuidos en la defensa roja (jugando de negro), los verdiblancos lograron desatorar el marcador con sus goles, el segundo un inesperado golazo.
Con el marcador en contra y con diferencia, América no bajó los brazos y haciéndose del amor propio que lo ha caracterizado tal vez adoptando esa etiqueta de “Guerreros” y el cual compensa con la falta de futbol, salió con todo al menos conseguir el descuento; Hernández, Silva, Lucumí e incluso ‘Coco’ Palacios los protagonistas del empuje Escarlata pero en frente se encontraron un Mina inspirado sacando todos los balones de peligro y sin dejar caer su valla. América embistió pero el Cali logró defender hasta el final.
Murieron con las botas puestas, es la conclusión que deja esta serie, a pesar de las limitaciones y la carencia de algunos elementos, futbol y contundencia, América termina con decoro su participación en la liga, sin reproches ante el equipo que con muy poco peso de los que seguían en carrera, llegó muy lejos. Los Diablos Rojos vuelven de su sueño el cual no querían despertar para enfrentar la realidad.
El técnico Hernán Torres al final: “Con el corazón no se puede trabajar y mucho más en el futbol, deben llegar refuerzos” una frase contundente y que todos tenemos claramente en la cabeza donde América debe tener un revulsivo inmediato en su nómina, ojalá eso sí, sepan conformar un buen plantel y aprendan de los errores cometidos anteriormente pueda conseguir los objetivos que tiene pendiente. Denle más elementos para trabajar a Torres y posiblemente llegue más lejos…
Tarea urgente para la junta directiva en cabeza del señor Tulio Gómez, quien tiene tres grandes proyectos pendientes a realizar en una liga que no te da tiempo de planear con calma: La conformación de un equipo con verdaderos refuerzos y que no sean simplemente por llenar cupos en la nómina. Alejarse de una vez por todas de los últimos lugares del descenso. Trabajar en pro de erradicar la violencia de barras lo cual le ha salido terriblemente caro desde el punto de vista económico al club. Sin embargo la hinchada en su buena fe de aportar, ha respondido con más de 15.000 boletas simbólicas en una alternativa para tapar el gran hueco que dejaron los violentos.
Notable semestre América, ¡Aplausos! Hasta una próxima ocasión…
Columnista:
Julián Sanclemente