Termina el partido en Ibagué y Jose ‘Pepe’ Sand, autor del gol de la victoria y capitán de nuestro Deportivo Cali, le ofrece el triunfo sobre el Tolima al profe Pelusso, quien, conmovido, lo agradece entre abrazos.
El grupo está unido y recuperó esa sensación perdida por diez fechas (desde septiembre de 2017) de lo que se siente llegar a casa tras un viaje con algo más que las millas acumuladas por los vuelos, sino que también con tres puntos que nos ayudan a ponernos en la parte alta de la tabla, como hace rato no estábamos.
Ganamos, bendito sea Dios y no fue fácil. El equipo tuvo que renunciar a la propuesta ofensiva para, de manera muy ordenada y aplicada, lo que denota obediencia, entregarse a un planteo defensivo que a la postre nos permitió celebrar la victoria. No es lo más bonito, no es lo que uno desea o espera del Deportivo Cali, pero, en este momento, necesitando ganar confianza, sumar de visita y consolidarnos en la tabla es muy bienvenida esta victoria sin mirar en detalle el cómo. Había que ganar y se hizo.
Debimos “parquear el bus”, aguantar atrás como pudimos, cedimos la pelota, rara vez ganamos un rebote y parimos, sí, juntos como hinchada con el equipo, por un reloj que no quería correr y contra un arbitro que, si por el fuera, seguiríamos jugando. Apretamos, sudamos, corrimos y ganamos. Insisto, no es bonito como estilo, pero sí como resultado y eso, en este punto, es lo que cuenta.
Gran partido de Lucumi, prácticamente zaguero inamovible para el club, así como notable lo de Kevin y la entrada del canterano Caicedo. Ni hablar de lo hecho por Sand, quien, trabajando, callado y sin guardarse nada ha logrado ganarse el corazón de una hinchada exigente y anotar cinco goles, lo que lo convierten en el goleador del equipo, es decir, cumple con el rol para el que lo trajeron y da algo más, sí, porque el argentino es ejemplo de entrega, profesionalismo y amor al fútbol, ojalá se les pegue a quienes lo rodean y alguna vez lo dudaron.
Debo separar unas líneas para Andrés Roa quien, después de no ser tenido en cuenta por el profe, ha ido figurando cada vez que el uruguayo decide llevarlo a la cancha, aparentemente Roa entendió que el fútbol en el Cali se hace, no se habla.
Deportivo Cali corre, aprieta, presiona, retrocede (a veces de más), espera, poco propone, pero cuando lo hace es letal. Ganamos, seguiremos ganando porque el orden hacía falta, la seguridad defensiva era una necesidad y la entrega, mamita querida, esa sí que me gusta sentir y ver que ha vuelto para los verdiblancos.
Nos queda, como hinchada, aceptar, así no nos guste, que este es otro estilo, es otra la necesidad y que siempre que exista talento, tarde o temprano saldrá. Nos queda, como hinchada, tratar de mirar más allá de eso e ir al estadio, a nuestra casa, al Estadio Deportivo Cali a alentar a los muchachos, valorar su cambio de actitud y celebrar con ellos, luego, entre victorias, nos divertiremos.
Mientras tanto, sumar siempre es mejor que restar y celebrar siempre mejor que lamentar, ¿o no?
Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá
Germán Salcedo Cajiao
En Twitter: @germanchos