Se pelaron el alma. Era absolutamente imposible, no cabía en la cabeza de nadie, había que jugar un partido perfecto y esperar por un milagro. Con el uno a cero las brasileñas empezaron a festejar anticipadamente su clasificación a la final.
La anotación marcada por Tamires Días De Britto a los cincuenta y seis minutos sorprendió a Katherine Tapia, quien puso las manos mal y no pudo contener el remate, y también bañó al cuerpo técnico colombiano con un baldazo de agua helada.
Las diablas rojas se habían batido en la arena, hasta ese momento, arriesgando la piel y muchas veces el corazón. Fue un golpe fuerte para la psicología y la moral de todos los integrantes del plantel que vestían en su pecho el escudo de uno de los equipos más grandes de Colombia.
El cielo empezaba a oscurecerse y de igual forma lo hacía el destino de la escuadra colombiana. Las albinegras penetraban la zaga defensiva por todo lado y el agobio no cesaba. El técnico Carlos Andrés Usme sabía que este juego había que saberlo sufrir y, tratar de aprovechar algún espacio para llevar peligro al arco de Taina Borges.
Con el resultado en contra y con la fe puesta en el empate vinieron los primeros cambios. Manuela González y Joemar Guarecuco ingresaron por Sara Martínez y Wendy Bonilla respectivamente.
Seguidamente Gabriela Rodríguez entró por Gisela Robledo, la cual había sido controlada por las centrales brasileñas durante todo el juego. La idea era tratar de administrar mejor las pelotas en ataque que viajaban desde los pies de las centrales americanas.
Los cinco minutos de adición se jugaron al todo o nada. El equipo de Dios bombardeó el área brasileña. Con estética, sin estética. Con sentido, sin sentido. Con criterio, sin criterio. Estaba claro que restaban pocos minutos para el cierre del cotejo y se tenía que abusar del juego directo.
Hasta que en el minuto noventa y tres llegó el milagro. Tatiana Castañeda, dueña de una técnica envidiable, castigó la pelota con su empeine y la hizo volar por los aires de la fría tarde argentina.
Manuela González, en un acto de fe, fue a pelear la pelota con los rascacielos que tenía a su espalda y, logró peinar la pelota para dejar a Joemar Guarecuco con tiempo y espacio para tomar una buena decisión.
La venezolana desenvainó, con su pie derecho saturado de historia, un bazucazo que colgó a la gigante portera brasileña y se enquistó en el corazón de la red para imprimirle justicia al encuentro.
La réferi boliviana Adriana Farfán Herbas señaló el final del partido y vinieron los penales. Una vez más, la particular historia de este club estaba en manos del azar. De inmediato jugadoras, utileros, cuerpo técnico y médico se abrazaron en círculo arrodillados al frente del banco de suplentes porque precisaban urgentemente la ayuda divina para afrontar esa instancia.
Catalina Usme, Gabriela Rodríguez, Anlly Iglesias y Diana Ospina fueron las encargadas de anotar los cuatro penales en la definición. Mientras que la gigante Katherine Tapia se encargó de atajar dos remates y darle de esa manera el pase histórico al América de Cali Femenino a su primera final de Conmebol Libertadores.
Síntesis del partido
Sport Club Corinthians Paulista: Taina Borges; Katiuscia Fernándes, Ingrid Frisanco, Gabriela Zanotti, Gabriela Nunes, Poliana Barbosa, Tamires Días, Adriana Leal, Victoria Albuquerque, Giovanna Crivelari, Andressa Cavalari.
D.T: Arthur Ribas.
Gol: Tamires Días De Britto (56’).
América: Katherine Tapia; Lizeth Ocampo, Daniela Arias, Tatiana Castañeda, Leury Basanta; Sara Martínez, Carolina Pineda, Catalina Usme (C); Diana Ospina, Gisela Robledo, Wendy Bonilla.
D.T: Andrés Usme.
Gol: Joemar Guarecuco (93’).
Corresponsal desde Argentina
Julio Maya
En Twitter: @JulioMaya26
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