Después de varios encuentros, la AFA logró elaborar un protocolo sanitario para la reanudación de las actividades deportivas relacionadas con el fútbol, aunque, faltó la elaboración de otro protocolo para las categorías infanto-juvenil. Si bien el plan inicial era construir uno que se adaptara a las necesidades de todas las categorías, fue imposible conseguir consenso por lo que prefirieron separarlos.
Siguiendo con el informe, dejan claro que es primordial la salud y seguridad de todos por lo que “no se puede jugar al fútbol mientras estén vigentes las medidas estrictas de prevención.” Solo se podrá volver a competir cuando el país haya salido del confinamiento y se encuentre en la “nueva normalidad”.
Para los entrenamientos los equipos deberán seguir al pie de la letra cada una de las directrices para evitar cualquier riesgo de propagación de la enfermedad. Serán tres sectores básicos: comportamiento en los entrenamientos, diagnósticos y seguimientos, y medidas para las instalaciones y los traslados.
Respecto a los entrenamientos, los clubes tendrán que mantenerse informados de las normas de las autoridades nacionales. Debe haber una distancia de al menos 1,5 metros. No puede haber más de 6 jugadores por sesión de entrenamiento en la misma cancha, quienes son los únicos exceptuados de utilizar tapabocas, los demás si tienen que usarlo en todo momento.
Los integrantes del cuerpo técnico que trabajen con un grupo, no podrán hacerlo con el siguiente. Se desestima que entren varios jugadores de la misma posición, dar refrigerios, compartir equipamiento deportivo. Se recomienda desinfectar regularmente los implementos y las zonas de circulación. Además, se prohíbe cualquier tipo de contacto físico, la salivación y compartir el mate.
En cuanto a los diagnósticos y seguimientos, sugieren hacer una prueba a todos los integrantes del plantel (jugadores, cuerpo técnico y personas que hayan tenido contacto con estos) 72 horas antes de la reanudación. Un test antes de la primera sesión de entrenamiento y luego semanalmente.
Si alguno da positivo deberá seguir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias argentinas y sus familias serán evaluadas. Solo quienes den negativo a la prueba pueden volver a los entrenos. De la misma forma, se hará seguimiento de todos para ver si hay sintomatología para proceder con las medidas de protección.
Por último, las medidas para las instalaciones y los traslados incluyen las previsiones para quienes tienen medios de transporte propios y quiénes no. Se tendrán que desinfectar estos medios de transporte para acudir a los entrenamientos. Cada entidad deportiva se hará cargo del transporte para aquellos integrantes que no cuenten con auto, este será con servicio puerta a puerta.
Quienes cuenten con vehículo pueden hacerlo con máximo un pasajero, respetando las distancias. Del mismo modo, el equipo desinfectará el lugar y los canales de distribución de manera correcta, trabajando con la mínima cantidad de personal para reducir el riesgo de contagio.
Cada institución está en la obligación de evaluar los riesgos para determinar si es seguro volver a la actividad. Los factores claves son: las normas nacionales y del deporte, las pruebas de COVID-19, los requisitos de traslados desde zonas afectadas por el virus, cantidad de personas involucradas, la infraestructura disponible en los lugares de entrenamiento y las restricciones en los desplazamientos.
Para esto concluyen que mientras no haya una vacuna contra el COVID-19, el entorno de los equipos será distinto al habitual. Por ahora, hay que esperar a una respuesta del Ministerio de Salud para saber si dan los tiempos para que la reanudación sea a mediados de agosto.
Corresponsal desde Argentina
Ana Caicedo Hinojos
En Twitter: @anitacaicedoh95
