¡Felices con los cuatro!

Terminar un partido del Deportivo Cali y empezar a leer las menciones y comentarios en Twitter y a mi cuenta se habían vuelto en una especie de castigo, no solo porque muchos tienen razones y posiciones muy valiosas sino porque también debí tolerar a muchas personas que, si así es como se refieren a lo que aman, su vida debe estar echa un tres.

No soy de juzgar, es una competencia que no tengo y para eso hay un ser superior que todo lo ve y sabe, no, no es un tuitero o alguien a quien se imaginan, no. Pero, en serio, hay “hinchas” que se pasan y que, no sé por qué, olvidan que detrás de un jugador o directivo hay un ser humano, una familia y que, como cualquier ser humano, tienen emociones, corazón y gente que les pase por WhatsApp los pantallazos de lo que se dice de ellos.

Por eso opté por no responder a quienes me mencionan o bien con enemigos declarados (aunque hayan limado, pro decirlo, su posición de un tiempo para acá) como aquellos que lo hacen buscando darle replica a un insulto o una acusación sin pruebas. Creo que para exigir respeto, hay que darlo primero.

Por eso, por aquello del dar para pedir es que aplaudo la determinación del equipo el pasado miércoles 14 quienes, en un regalito de San Valentín para Pimentel, despacharon sin miramientos, aunque con tres remates al palo, a Boyacá Chicó por cuatro goles.

El equipo necesita que se les digan las cosas en la cara, pero con sentido constructivo. El espíritu en la cancha fue otro y en vez de asustar lo que hicieron fue crecer en confianza, llenarse de energía y salir, como debe ser de local, a triturar al rival sea débil, como el elenco de Eduardo o fuerte como los que nos gusta vencer.

Hay con qué, es solo un partido, pero es como cuando llegas a casa con sed y algo frio te espera, el primer trago es el mejor, pero la sed se calma despacio. Confío en que lleguen mas y mejores resultados, sea de local o visita y para ello tenemos dos pruebas bonitas este mes de febrero: Medellín en el insancionable Atanasio el 17 y Millonarios en nuestro estadio el día 23. Dos partidos para terminar de solidificar una idea, mostrar esta misma entrega y seguir sumando, así a algunos(as) les corresponda tragarse sus palabras y pagar apuestas.

Hablando de apuestas, el comité ejecutivo hace una muy fuerte con un llamado concreto a los asociados e hinchas: hay que estar unidos, como en la celebración de cada uno de los cuatro goles canteranos ante Chicó.

La campaña política en el club terminó. Para los ganadores, hay que seguir motivando a sus seguidores a no continuar con la cacería de contradictores y ese afán de venganza disfrazado en un cambio. Para los perdedores, hay que tener paciencia y vincularse positivamente en el proceso con una crítica constructiva, y para los que ni ganaron ni perdieron, dejar de meter cizaña para revolver el avispero.

Hay que unirse, alrededor del técnico, de la cantera, los muchachos y por supuesto el Comité Ejecutivo. Así ganamos en la cancha y seguimos potencializando la institucionalidad tan golpeada en estos días.

Hay un respiro, goles son amores dicen y así, con goles y puntos tanto jugadores, asociados, hinchas y directivos podemos decir: “Vamo’ a ser felices los cuatro”, juntos.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá

 

 

Columnista

Germán Salcedo Cajiao

En Twitter: @Germanchos

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