Pudo ser una espera corta en el calendario, el regreso de América de Cali al Pascual con su público en el calendario pero para el hincha, esa persona que delira por el equipo de sus amores, pareció ser una verdadera eternidad. Regresar a ver al rojo con el acompañamiento de sus fanáticos en un buen partido en la noche del sábado creaba un buen ambiente para los visitantes al barrio San Fernando.
Si bien los hinchas volvieron a las tribunas, sigue siendo un poco triste el condicionamiento a solo dos de ellas debido a unos pocos impresentables que manchan el nombre del buen hincha, el que intenta ir en familia o con amigos, el que acompaña a su equipo y va a ver futbol para divertirse o distraerse de uno que otro problema. Esperemos que este tipo de “castigo” haya servido de alguna enseñanza para el futuro, amanecerá y veremos…
Ya entrando en lo que verdaderamente nos interesa, este América segundo semestre no es ni la sombra de lo que mostraba a principio de año; el equipo de Hernán Torres ha tomado otra cara donde se muestra más equilibrado en sus líneas, los nuevos elementos que han llegado al equipo sumado a la columna vertebral que ha venido desde el ascenso ha permitido a los hinchas a soñar y a los rivales a tomar en serio a los diablos rojos.
Un 3-0 contundente en el marcador frente a Tolima es una viva declaración de intenciones de un América que no solo piensa en salir de la zona roja del descenso sino que aspira a más, que han llegado jugadores con una mentalidad ganadora a inyectar esa convicción adquirida por la experiencia en otro equipos.
En la cancha hay que decir que si bien América empezó con algunas imprecisiones los primeros minutos en sus pases, la efectividad de ‘La Mechita’ se hizo presente desde la primera media hora de juego y destruyó los planes de un Tolima que no vino a esconderse a Cali. En los pies de uno de los refuerzos del equipo quien llegó con la etiqueta de goleador y lo ha demostrado hasta ahora como “Queso” Fernández quien dijo presente en dos ocasiones. El manejo del balón en mitad de campo orquestada por Botinelli, relevada por Lizarazo y encontrando a un William Arboleda que si bien ha sido cuestionado por su nivel anteriormente sigue reivindicándose en estas dos fechas. Hay que decirlo.
América es otro, desde su línea defensiva con algunos errores producto de algunas ausencias importantes, un sorprendente repunte de Jhonny Vásquez quien ha tomado más en serio su rol en el equipo debido a la fuerte competencia en su posición y un banco de suplentes con recambios reales que le permiten al técnico mirar con tranquilidad herramientas para los planteamientos que decida hacer, enorme diferencia del semestre pasado donde todos notábamos la preocupación por lo limitada de condiciones que era la nómina.
Contra Tolima, el rojo fue superior línea por línea. Los visitantes llegaban hasta donde América le permitió, controlaba y administraba el resultado a placer, típico del buen Torres; los cambios le dieron dinamismo al equipo en el momento de alguna caída por cansancio; ejemplos claros los de Bernal y “El Velocista” Olmes García, este último quien colocó el lapidario tercer gol que le da confianza e hizo cantar a los asistentes al estadio el famoso “Ole” como aquellas ferias de antaño en Cañaveralejo.
América es otro, se sabe que la liga apenas está en su amanecer, pero la imagen de este equipo es de esas que entusiasma por como juega, con otra mentalidad y puede mirar frente a frente a todo rival que enfrente. Te hablo del hoy, mañana no lo sé… la próxima fecha será una prueba de fuego visitando al también reforzado Junior. Interesante duelo que alquilará balcón a propios y extraños.
Hasta una próxima ocasión…
Columnista:
Julián Sanclemente
En Twitter: @Sanclemente16