Se mencionan nombres de bajo perfil, que de seguro han de tener condiciones y capacidades para dirigir, pero no para tomar las riendas de un equipo grande y que es el vigente campeón. Tal vez a alguien le gusta tener el control y no le agradan los técnicos que exigen y lo ponen en jaque.
Los hinchas siempre queremos técnicos encopetados y de la élite porque nos mueve el deseo de ser los mejores y más ahora que repetir título está en la retina de todos los aficionados ‘escarlatas’. Queremos nombres como Jaime de la Pava, que es ídolo y puede ser una buena solución.
Muy por aparte de lo económico, queremos en el banquillo rojo a alguien que desde el principio motive e ilusione, que nos haga creer que las cosas están bien y que aparte de la ambición económica de los dirigentes, también hay ganas de cosechar títulos y hacer buena presentación por el continente.
Claramente hay excepciones, y tal vez a un aprendiz de esos que están en carpeta cerca de dirigir al equipo, les llegue a sonar la maraca y logren buenos resultados; y por qué no… un título por ahí nos dé, como lo hizo ‘Guima’. Pero realmente la postura de los dirigentes es clara con los nombres que manejan. Muchas veces las cosas improvisadas no salen bien.
El deseo principal es que quien llegue, haga las cosas profesional y éticamente correctas, que ponga a funcionar las herramientas como se debe y demuestre la capacidad de dirigir a un equipo grande, al más veces campeón de la ciudad. Porque aquí en América hay que tener lomo duro para soportar las exigencias que por historia contiene la camiseta del DIABLO ROJO.
Columnista
Edwin Aguirre
En Twitter: @eaguirre1927
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