Óscar Tigreros, la historia de un verdadero luchador

Tigreros es un joven de 23 años nacido en Buga, Valle del Cauca, a quien una pelea de niño lo impulsaría a iniciar su carrera deportiva en la lucha olímpica: “coincidencialmente Carlos izquierdo ya ahora clasificado también en lucha, se pasó a vivir por mi cuadra, un día tuvimos como una riña, un encuentro con otros niños o jóvenes de por acá mismo de la cuadra, yo empecé a pelear con el compañero con el que estábamos jugando y yo le hice un movimiento que era específico de lucha, entonces ahí empezó Carlos a decirme que yo si era para la lucha, que entrenara con él”.

Pese a esto, no le fue fácil comenzar su proceso deportivo, pues la situación económica en ese momento era bastante compleja y como lo habían hecho sus hermanos desde pequeños, Oscar, tendría que salir a trabajar para ayudar en el hogar: “nos querían colocar hacer lo mismo a mi hermano y a mí con 8 y 10 años. Nos decían que no había comida, que nos fuéramos a trabajar de empacadores o cosas así para ver qué monedas nos daban y llevarlas a la casa”. Pero el sueño de ser deportistas fue mayor, ambos, con el respaldo del entrenador lograron seguir adelante.

Óscar ha logrado con esfuerzo y dedicación, no solo sacar a su familia adelante junto a sus hermanos, sino también, construir su carrera deportiva donde ha tenido la oportunidad de competir en la modalidad grecorromana y libre, consolidándose en esta última en la categoría 57 kg: “ Me gusta más la libre porque puedo hacer muchísimas cosas (…) es muy teso los movimientos que uno hace, de saltar aquí, saltar allá, qué me va a tirar, pues le tiró una medialuna y que lo enganchó (…) me gusta mucho moverme dentro del colchón, me gusta disfrutar la lucha, me gusta luchar con mucha más gente que también entiendan ese sentido que yo le tengo a la lucha libre”.

Carlos Izquierdo ha sido desde niño su cómplice dentro y fuera del escenario, uno de las primeras personas que creyó en él y lo impulsó a seguir sus pasos, ahora, ya clasificado junto con Óscar, se ha convertido en un referente y ejemplo a seguir en el deporte: “Yo lo veía a él y le preguntaba, ¿usted cómo hace eso? explícame que yo no soy capaz. Él luchaba conmigo y aunque mis ojos recepcionaban lo que él estaba haciendo, mi cuerpo no era tan rápido para reaccionar a ese movimiento. Él es el referente más claro en lucha que yo tengo en Colombia, de verdad es súper teso en el deporte”. Otro deportista el cual admira es el pesista y medallista olímpico, Óscar Figueroa: “Me parece un deportista que se supera en cada competencia, y que ha creado un respeto por Colombia en todo el mundo. Yo creo que eso es lo más grande que puede hacer un deportista, hacerle saber al mundo que lo que hay es talento, que Colombia se representa de otra manera más allá del narcotráfico”.

Antes de cualquier competencia, Óscar se prepara mentalmente escuchando metal, música que lo ayuda a “meterse en el papel” y a concentrarse para manejar la ansiedad y así lograr salir victorioso contra su oponente: “Tienes que ir a pelear contra una persona a la cual nunca has visto, le tienes que tenerle rabia para ganarle, no se puede entrar como una madre o todo humilde porque pierde el combate. Esto se trata también de superioridad mental”.

Su confianza y gratitud a Dios también hacen parte del ritual antes de entrar al colchón, se arrodilla con todos sus implementos deportivos, le pide que no le suelte la mano y que su poder sea con él. “Yo, aunque pierda lo voy alabar, porque cometemos el error de que uno cuando gana ahí sí, gracias Dios por todo y cuando pierde, Dios ¿porque me dejaste solo? (…) eso me ayuda mucho, me ha funcionado toda la vida y desde el momento en que yo me desconecto del alrededor, desde ahí es donde yo empiezo a luchar más”. Haciéndole honor a su apellido, Óscar se representa dentro del tapiz como un tigre, calmado y sigiloso, esperando para atacar veloz y letalmente.

Su gran motivación siempre ha sido la familia, tras la pérdida de su padre a muy temprana edad, su madre lo ha dado todo por apoyarlo a él y a sus hermanos. “Yo hago todo esto por ella, más allá del orgullo que yo le dé, es por el orgullo que le ha dado ella a la gente. Nosotros casi no teníamos posibilidad de salir adelante, ahora todo el mundo por Buga la ve caminando en las calles y le dice, felicitaciones por su hijo. Esas cosas son muy bonitas, que las personas te saluden por las calles. El orgullo que ella siente hacia nosotros es muy grande, la gloria que nos ha dado lucha es muy grande”.

Ángel David, su pequeño de un añito, quien siempre lo acompaña desde la distancia, se ha unido a esta celebración para recordarle a Óscar que los sueños si se cumplen Una vez iba a competir y estaba muy ansioso, vi un coche de bebé en el escenario y me acordé de una de mi hijo, así que dije, por él yo le voy a ganar a ese man, que se pare durísimo”.

La carrera de Tigreros ha estado llena de obstáculos y dificultades, pero su perseverancia y gallardía lo han llevado a conquistar mundiales, Panamericanos, Suramericanos y Nacionales. El 15 de marzo del 2020 logró el tiquete número 29 rumbo a Tokio 2021, en el Campeonato Preolímpico de Lucha que se llevó a cabo en Ottawa (Canadá). Un año después, y a pocas semanas de las grandes justas, Oscar se siente emocionado por su participación en ellas. “Me siento muy feliz de estar en este proceso., disfrutando todo. Cada vez que uno ve esas publicaciones que faltan 100 días, que faltan tantos días, me dan muchos nervios. Entonces es muy complejo, uno se va llenando de presiones y uno quiere representar bien al país en estas justas y uno sabe que lo puede hacer, puede traer esa medalla. Yo me siento muy bien físicamente y psicológicamente preparado para la competencia. Me siento un poco nervioso, pero yo sé que lo voy a hacer de la mejor manera”.

Debido a la contingencia sanitaria por el COVID-19, Óscar tuvo que parar sus entrenamientos y retrasar su preparación física para entrar en pandemia. Fue un año difícil que obligó a los deportistas a reinventarse en sus rutinas diarias. “Al principio, cuando empezó todo, yo ya había hecho un ciclo olímpico muy difícil, muy duro.  Casi no pude estar con mi familia, la veía una o dos veces al año, para mí eso fue difícil porque ellos son un apoyo muy grande y no tenerlos a ellos presentes en mi vida era muy duro.  Entonces pude pasar la cuarentena de la mejor manera, con mi familia, disfrutando, entrenando con lo que tuviera a la mano, fue un break que me di en mi vida y ya ahora volver a iniciar con toda. No siento que haya perdido mucho nivel, la técnica la tengo, el físico si lo perdí un poco, pero ya lo he ido recuperando todo este tiempo”.

A parte de su vida deportiva y personal, Tigreros se ha ido capacitando profesionalmente con el objetivo de conocer más a fondo el ámbito deportivo: “Estoy estudiando licenciatura en educación física, me estoy enfocando mucho en eso, buscando libros y personas que se especializan en el deporte. Yo me quiero graduar como un profesional bien preparado, (…) yo escojo dos, tres o cuatro materias para poder que me rinda porque la verdad llegó muy cansado, para mí, una de las cosas más difíciles ha sido el cansancio mental, entonces uno con cansancio mental e ir a entrenar, a uno le duele la cabeza, uno no puede”.

Sin embargo, recientemente se dio cuenta que la cocina también era una pasión y que le gustaría explorarla a profundidad: “No estaba enfocando mucho por ese lado, pero ahora quiero ser chef, en lo profesional mis sueños dieron un giro de un momento a otro, yo quería ser entrenador en lucha, pero ahora me incliné hacia la cocina. Me gusta mucho todo el tema de la gastronomía (…) mi sueño en este momento es graduarme de esta carrera, viajar a ciertas partes de Colombia y después a unas partes del mundo para aprender sobre gastronomía en todo Latinoamérica, traer eso a Colombia y montar un restaurante que esté abierto a varios tipos de cocina.  Con eso ya terminaría mi vida deportiva para dedicarme de lleno a este sueño”.

Pero primero quiere lograr su sueño por el cual ha trabajado desde niño y que está a puertas de poder cumplirlo: “Mi sueño deportivo es ganar la medalla olímpica, vamos a hacer una de las generaciones que le tocó los juegos olímpicos con pandemia y lograr la medalla sería algo muy bueno (…) siento que no es imposible, no me quiero conformar sólo con clasificar,  quiero ser el primero en lucha en tener esta medalla porque hasta ahora sólo una mujer lo ha logrado que es Jackeline Rentería y en masculino no tenemos ni una medalla (…) nosotros igual seguimos entrenando y preparándonos duro, estoy muy cerca de alcanzar este sueño,  porque uno nunca sabe que este sea mis últimos juegos olímpicos”.

Corresponsal desde Cali

María Camila Orozco

En Twitter: @Camiorozco98

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